Gabriela y Rosendo son los anfitriones del restaurant y rotisería Lo de Juana, lugar donde minutas y pastas son la especialidad de la casa. Si bien este espacio histórico de la localidad fue recuperado para los visitantes, son los vecinos de Carlos Beguerie quienes lo disfrutan a diario.

Abrió sus puertas en la década del 60, siendo sus propietarios Juana Quinteros y Rubén Campeche, vecinos de la localidad. Atendido especialmente por sus dueños este espacio no sólo brindaba el servicio de bar sino que también ofrecía alojamiento, servicios de aseo y comedor.

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